Dos almas que desde su inicio han estado resguardadas en cuerpos humanos, alejados y esclavizadas a un mundo tan vacío de posibilidades, sus reuniones se resguardan en las horas donde sus caparazones descansa tendidos en un cuarto donde no ninguna luz llegue a perturbarlos.
La historia de ellas, es que están destinadas a complementarse una con la otra, aunque el mundo terrenal les desee otro camino para ellas, porque este simplemente gira a su gusto, tendiendo unas pruebas que hacen que se corrompan con placeres que no les corresponde, que han llegado hasta afectar el momento de lucidez que tienen en sus horas de libertad, donde su capacidad no hace que las comprendan, cada quien forma su vida, pero con las reglas que lo demás le dan.
El inicio es el mismo fin, la misma verdad es la misma mentira, la cuestión es como adelantarnos de los reglamentos del mundo, y empezar a eliminarlos, para hallar esas posibilidades que van mas allá de lo imaginable, para recibirlas con placer. Es el deseo que se tiene a la hora de descansar, el de poder verse juntos, tocarse sin sentir, amar solo por un momento, esperando que el sueño sea mas largo de lo normal, vivir las pocas horas que se les ofrecen, aunque no puedan diferenciar lo que es de ellos y lo que no, prisioneros de varias vidas las cuales no les pertenece, cosa extraña lo que viven pero así es como viven.
Ajenjo
